El “Día del melón con
pepino” (ང་གིས་ ཧ་མི་གོ་བས། -Nga gi ha migo wai en Dzongkha ) actualmente tiene lugar en la localidad de Phuntsholing
en el Reino de Bután y se festeja cualquier día en donde más de doce familias
salgan a comer a la calle. No obstante,
la festividad es una tradición que se extiende en su origen por otras
provincias y atraviesa los eventos históricos de mayor relevancia que atañen a
la formación del reino.
Existen varias teorías
sobre cómo surgió esta fiesta, pero las más notorias están ligadas a la magia,
la guerra y el comercio. Sin embargo, la
historia más aceptada oficialmente por el Reino de Bután dice que originariamente
la fiesta se celebraba para “agasajar” a los comerciantes que viajaban de Nepal
a China. Si se tienen en cuenta la naturaleza de estos “agasajos” se entiende mejor
la historia popular Butana que se transmite por vía oral desde hace
generaciones. La historia dice que aquellos comerciantes llevaban grandes
cargamentos de Cucumis sativus
y Cucumis melo que se iban pudriendo en el camino. Los astutos butaneses los
esperaban con la parrilla encendida y cuando los nepaleses se descuidaban eran
asaltados y si había mucha hambre se los devoraba con una salsita preparada con
el cargamento indicado. Sin embargo, en 1629 el lama tibetano y líder militar Shabdrung Ngawang
Namgyal, unifica los feudos que componían Bután prohíbe el
canibalismo festivo y decreta la ley de no asalto a los cargamentos de melón y
pepino. Este decreto llevó a una guerra civil que terminaría diezmando a los
asaltantes meloninos (de melones y pepinos) que se retirarían a las montañas
negras en el centro de la región.
En 1650 una gran hambruna
azotaba el reino y se echaron de menos los carnavales y ocasionales asaditos
antropofágicos. Una vez muerto Ngawang en 1651, los habitantes sintieron pena
por los valientes meloninos y decidieron ir a buscarlos. Pero además del
hambre, para los butaneses siempre había sido una fuente de alegría y divertimento
asaltar a los comerciantes y arrojar desnudos a los más descarnados al río
Brahmaputra.
Cuando un grupo de butaneses
llego al asentamiento melonino no fue poca su sorpresa al ver que estos se habían
vuelto mucho más religiosos y calmados. Ahora plantaban melones y pepinos al
pie de la montaña y subían y bajaban todo el día para comer solo eso. Se habían
vuelto muy fuertes y sabios y recomendaban una dieta basada estrictamente en
pepinos y melones para el fortalecimiento del cuerpo-mente o “melonino”.
Si bien en principio, los
meloninos formaron un culto, este se fue disolviendo para reinstaurar las
antiguas fiestas, pero sin tanta sangre. Con el paso del tiempo, el “Día del
melón con pepino” pasó a ser una forma de alegrarse colectivamente cuando las
cosas van mal en Bután. Así cada vez que más de doce familias sacan sus mesas a
la calle, en ciertas localidades, se decreta que “Día del melón con pepino”
deteniendo en el acto cualquier tipo de comercio como si fuera un feriado
nacional. Los comercios que abren de todas formas son asaltados y los
comerciantes arrojados al rio, por lo cual, nadie lo hace.
Melonina
La melonina es un mineral
radioactivo que se encuentra en las cuevas porosas de las montañas acásicas de
la pengavila de Bután. La irregularidad en el sistema ortorrómbico de esta roca
le da una característica especifica que la diferencia de la serie biotita en la
clasificación de Strunz. Sin embargo, al día de la fecha no se ha confirmado su
existencia.
Gracias a los diarios del
explorador, geólogo, aventurero y lingüista alemán Meintlich Heimlich
Feintplich (1831-1871) sabemos algunas de las características de este mineral y
del uso que le daban los nativos. Los Tagebücher
meiner Reise nach Bhutan fueron publicados
después de su muerte en 1878.
Meinlich Heimlich explica
en su diario que los butaneses rara vez hablaban de piedras preciosas o alhajas
salvo que se encontraran extremadamente alcoholizados. Y esto era debido a que
todos los butaneses con los que se había cruzado, así como algunos nepaleses e
himalayos, creían en el poder mágico, sanador y extremadamente diabólico de
esas piedras. Sin embargo, en sus conversaciones con ebrios callejeros, llegó a
recabar información sobre una piedra muy específica a la que llamaban
“Dobrodelek” y que Heimlich tradujo incorrectamente como “melonia”. Este error
era esperable ya que el alemán ignoraba por completo la sangrienta historia de
los meloninos que había dividido al país en una feroz guerra civil. La terminación “-lek” podría hacer referencia
a un melón o a un pepino, pero no quedaba muy claro. Como Heimlich se preciaba
de ser un excelente lingüista y traductor, conocedor de las raíces
sino-tibetanas del Dzongkha no se quedó
conforme con esa dudosa terminación y decidió seguir investigando.
Mientras más insistente
era Heimlich con los borrachos, mayores eran las ganas de estos de arrojarlo al
rio. No obstante, el alemán dio con un simpático croto ciego que comía pepino
crudo y llevaba un colgante con una piedra verde fosforescente. Un comerciante
le dijo que no se le acercara al viejo ya que se trataba de un “nimadele” es
decir, un viejo maldito. A Heimlich le sorprendió esa falta de respeto, ya que
los butaneses solían ser muy amables con sus mayores y decidió desoír el
consejo por provenir de un comerciante (clase más repudiada en el reino de
Bután, por su inagotable amor al trabajo e incansable actitud
aguafiestas).
Heimlich se acercó y le
preguntó por su colgante, a lo que el nimadele respondió que solo podría saber
la respuesta al interior de “la tierra donde crecen los pepinos”. Luego se
calló y se negó a seguir hablando. Confundido y azorado por las dudas
lingüísticas, esa noche Heimlich decidió ir al pie de la montaña Horahora en
donde se había celebrado la última cosecha del melón con pepino. Al llegar a la
plantación notó con cierto espanto que en el medio de la montaña había una gran
cueva iluminada con fluorescencias verde pepino.
Se quedó quieto observando
entre los pepinos hasta que se escuchó un alarido y un comerciante pelado salió
volando desnudo desde la cueva derechito al rio. Horrorizado corrió hasta el
pueblo y se encerró en la habitación de su hostería para europeos aventureros.
En el escritorio encontró la piedra del nimadele. Esa noche la estudió y todo
lo que sabemos de esa piedra quedó escrito en el diario que luego recogería su
hermano Pletnich Hlemblich Feintplich para posterior publicación. Meintlich murió esa noche calcinado por la
Melonina, y se sospecha que su cadáver salió volando por la ventana, pero que
la mesonera lo recuperó y lo trajo así todo chamuscado para devolverlo a la
pensión. Se sospecha que el mineral es radioactivo y altamente tóxico, y que el
alemán se confundió debido a los vapores de la piedra. Y esto último, porque de
tenerse por ciertas todas las características que apuntó Meintlich en su
cuaderno, ese mineral no podría pertenecer a nuestro cosmos.
SICaPuM
El SICaPuM (servicio de
inteligencia “artificiosa” contra la propagación “unos” de mitos- las palabras
entre comillas fueron añadidas por vándalos hackers que odian la organización,
pero pasaron a ser parte “oficial” de sus siglas) surge (¿fecha?) de una serie
de organizaciones internacionales (¿cuáles?) que “están podridas de que
aventureros”(¿referencia?), estudiantes frustrados y escritores, dando crédito
a entradas apócrifas de Wikipedia, se metan en países y regiones lejanas con la
excusa de “estar investigando” y “hagan lío”(¿?).
Al parecer entre los
nadaistas y los algoistas, los taoístas y los brahmanistas encontraron muchas
similitudes y dijeron que “se estaban copiando”. Como los ceos de las compañías
más importantes son taoístas, como todos bien saben, se enojaron mucho y
dijeron que iban a armar una campaña de persecución de “boludos que se copian y
buscan cosas literaturescas en la vida, y que no tienen propósitos claros para
entrar y salir a los países en los que tenemos mucho dinero invertido en
trabajo esclavo”. Así fue que los
nadaistas y los algoistas fueron persecutados varias veces y se hizo necesario
para estos rufianes un organismo malvado y persecutor mejor organizado para
ejecutar la función orgánica (teleológica) que es el aplastar los sueños del
semejante prójimo y el desemejante lejano cuando no hay un fin adinerado.
Al surgir bien alta la
mañana, las computadoras de SICaPuM se ponen a dar órdenes a los celulares para
que estos les hablen a sus portadores y los hagan más sensibles a los
comentarios desatinados de estos aventureros cuando andan hueveando por ahí,
con la esperanza de que los manden al carajo y con una buena pelea callejera
terminen los dos en cana. Luego los
Hombres de Pedro, llegan y hacen preguntas muy sensatas a los dos hasta notar
cual es el desalineado. Estos interrogatorios se llevan a cabo con brevedad ya
que los pobres aventureros siempre responden cosas muy variadas a lo que se les
pregunta. Un ejemplo:
Hombre de P.: “Decime tu
número de documento”
Aventurero: “Si, siempre
que le pongas hongos a la salsa, tienen que estar bien fresquitos, y fíjate
que, si los partís y tienen azul adentro, están muy bien. Porque crece
cualquier mierda en la mierda de la vaca ¿viste?”
Y ahí nomás son llevados
al calabozo y los convierten en puré de papá (son forzados, vía lavaduqui de
cerebro, a tener hijitos y criarlos para que se hagan agentes de los Hombres de
Pedro).
Pero muchos de estos
aventureros tienen la suerte de ser grandes zafadores, sobre todo porque se
encuentran en regiones remotas donde no hay acceso a internet ni a celulares
influyeros que se comen la cabeza (comelidadecoconuto-bochoalimenticio) de sus
usuarios. Se dice que hay algunas comunidades de aventureros en toda la
cordillera del Himalaya, pero esto debe ser mentira puesto que deberían tener
acceso a una fuente de alimento y energía inagotable y contacto con
civilizaciones alienígenas vía minerales extraterrestres que sirvan de
microchips que bloqueen las señales de los radares de SICaPuM que mapean toda
la tierra desde el espacio. Y como todos sabemos esto es imposible.
(¿referencia?)